Ya perdí la cuenta de los días que llevamos en este nuevo estilo de vida, prefiero no contar.
Al principio cruzaba el calendario y hasta en un post definí cuales habían sido las etapas que había vivido en esta temporada de COVID.
Fue algo nuevo para todos, pensamos que no íbamos a aguantar encerrados. A algunos nos dieron ataques de pánico y ansiedad.
Nos preocupamos por lo que estaba pasando y por lo que venía. Nos decían que era un año perdido, que no nos íbamos a recuperar pronto.
Para ser honesta, juzgué mucho, primero a los que morían de miedo y no querían ni asomar la nariz a la calle, después a los que salían mucho y no le daban importancia al tema.
También me enojé, me enojé mucho al no entender cómo es que algo que ni siquiera puedo ver, tenga al planeta detenido.
Sentía que alguien nos estaba manejando como títeres.
¿Sabes qué? Un día dije ¡¡¡basta ya!!! Es momento de vivir el presente y de disfrutar el momento. Cada quien vive como quiere, bajo sus propios valores. Así que, me enfoqué en mi vida y punto. Creí en el poder del ahora y en ese momento comencé a disfrutar.
Disfrutar a mi novio, disfrutar mi casa, de las sábanas de mi cama rozándome los pies un día entre semana, disfruté mi cafetera y el delicioso café con leche que me hago todas las mañanas. Disfruté las chelas que alcanzamos a conseguir, disfruté estar en mi patio y que se convirtiera en mi lugar favorito. Disfruté el silencio de la calle, disfruté que la escuela que está en frente de mi casa estuviera vacía y que no hubiera coches. Disfruté caminar por mi colonia, ver el cielo rosa cada tarde, disfruté subirme al coche y dar vueltas por una ciudad vacía escuchando mantras. Tomarme un clamato preparado un martes a medio día. Me he disfrutado a mí, no corriendo, no estresada, no enojada, en paz, en calma y feliz.
Hay mucha información alrededor del tema actual que vive la humanidad.
Cada quien tendrá tanto que contar. Te invito a que escribas tu experiencia en una libreta y que trates de acordarte de cada día de este encierro, de cada pensamiento y de cada emoción. Verás que un día no es igual al otro y que hoy no eres la persona que eras hace 2 meses. ¿Sabes algo? así es la vida. Estamos cambiando constantemente. El planeta nos ha dado la oportunidad de convertirnos en observadores de nosotros mismos.
Hoy, sin excusas, enfréntate a ti mismo. Expresa todo eso que traes adentro. Analiza desde el corazón qué es lo que vas a trascender.
Te invito a que, a partir de hoy, ya no te escondas de ti mismo, reconoce tus miedos y date cuenta que nunca es tarde. Cada día tienes la oportunidad de ser una mejor versión de ti mismo.
Dicen que mientras más empatía sientas por las demás personas, por los animales, por las plantas y el mundo en general, más conectado estás contigo mismo.
Y tú, ¿qué tan empático eres?
¡Feliz inicio de mes, cósmicos!
Escriban en sus diarios y me cuentan con qué se han enfrentado.
Mucho amor.
Ani
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