Hace mucho tiempo no me sentía como me siento hoy. Me duele la cabeza, se me inflamaron las anginas, me duele todo el cuerpo, tengo de esa hambre de la que por más que comes no se te quita… pero bueno, ayer ¡sí que la pasé bien!
Fue una de esas noches inesperadas de cuando una cervecita termina en desayunar tacos a las 8 am… ¡Oops!
No es algo que pase tan seguido, pero cuando sucede lo disfruto mucho.
Salir a bailar, platicar, encontrarte con amistades que no ves hace tiempo, escuchar esa canción que te hace brincar, alguna otra que te hace llorar porque te trae miles de recuerdos, son momentos que disfruto y vivo al momento.
Algunas personas dicen que la fiesta no te deja nada, considero que la he sabido llevar muy bien… Lo viajado y lo bailado son de las pocas cosas que nadie te puede quitar.
Les puedo decir que he conocido a mucha gente en el antro, he cerrado negocios y, es más, al amor de mi vida, a mi novio cósmico, lo conocí a las 3 de la mañana un sábado en mi antro favorito y desde ese día no nos hemos despegado, pero bueno, ¡esa es otra historia!
A lo que voy con todo esto, es que a pesar de la cruda que me cargo hoy, puedo decir que no me arrepiento. A veces uno tiene que perder para ganar. En este momento siento que perdí hoy pero ayer hice nuevas memorias.
Es un hecho que el alcohol un día te pone feliz y al otro día, en lo que tus químicos del cuerpo se reestablecen, te hace sufrir un poco.
Es normal sentirte super sensible, así como yo, en mi domingo de cruda me entró muchísima sensibilidad al grado de sentir ganas de llorar… ¿llorar? ¿por qué razón? ¡por ninguna! La verdad dejé que fluyera, me permití sentir, me la curé con mis remedios infalibles (ibuprofeno y frapuccino), inhalé, exhalé, lloré, escuché mantras y me sentí mucho mejor.
¿Saben que fue lo que más me regresó a la vida? Llegar a comer a casa de mis papas, verlos sanos, felices y juntos. Ver a mi hermana, a mi cuñado y estar agarrada de la mano de mi novio. Animándome y ofreciéndome diferentes remedios para que me sintiera mejor. Cuando nos sentamos a la mesa, me di cuenta que no pasa nada, es un domingo más de cruda, mañana todo va a estar bien. Recordé que lo mejor que puedo hacer es disfrutar de tener unida a mi familia, que compartimos amor y que estoy bien. ¡¡Esa fórmula, esa fórmula!! Es la que más funciona así que si hoy tú también te sientes así como yo me sentí hoy, recuerda lo que eres, de que estás hecha y lo que has logrado, trata de hacer algo que te haga feliz y recuerda que es tan solo un DOMINGO MÁS DE CRUDA, no pasa nada. ¡Se vale!
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